Con esta aventura empecé mi faceta de mochilero
Empezó todo muy temprano un miércoles lluvioso, me tome el ómnibus hacia Urdinarrain a las 9:40am.
Llego allá a la 1:10pm y le escribo a Iván, el dueño de la estancia La Malfatta a avisar que había llegado, a lo que él me responde que por la lluvia no había camino.
Yo con un gran espíritu aventurero y unas ganas tremendas de estar allá y pasar una gran experiencia le indico que voy a tratar de llegar a pie, pensando en que como al llegar vi el camino de tierra y no se veían charcos ni nada, algún auto, camión o tractor iba a pasar durante el tiempo que yo estaría caminando.
Adentro mío pensaba que no era tan lejos, lo hice varias veces en la kombi y no me parecía imposible, así que empecé a caminar 1:20pm, me detengo en una estación de servicio para abastecerme, pero solo compre cigarrillos y me olvide del agua.
Solo para salir del pueblo habré caminado unos 2kms, cuando llego al camino de tierra hacia la estancia lo vi bastante bien aunque se veía bastante barroso, apenas pongo 1 pie ahí se me empiezan a llenar de barro las zapatillas (zapatos de caucho para los no-argentinos) y cada vez se iba acumulando mas y mas, tanto que creo yo, cada una pesaría alrededor de 3 o 4 kilos, lo cual me hacía mucho más pesada la caminata, pero bueno, seguimos, que otra opción había más que volver y esperar, así que me pongo buena música en el ipod y empiezo a caminar a paso firme.
Dentro de los primeros 2 o 3 kilómetros seguía pensando en que algún vehículo iba a pasar pero caigo en cuenta que en el camino no se veía ninguna huella de nada más que 1 caballo, o sea que desde temprano en la mañana o incluso desde la noche de ayer NADIE lo había transitado.
Así que me olvido de esa ilusión y sigo, sigo y sigo. Encima el celular se me había quedado sin batería y no había forma de confirmarle a Iván que ya estaba en camino.
A las 2 horas de caminar ya la sed me empieza a atacar, pero no tenía que tomar, más que 2 botellas de vino que le estaba llevando a Iván, pero como a mí no me gusta el vino las deje, aunque empecé a ver con ojos lindos el agua que corría por los costados del camino, que aunque se veía barrosa en algunos lugares, estaba corriendo desde la mañana, así que agua estancada no era.
Ya a las 3 horas de caminata las piernas no me daban más y aunque reconocía algunos lugares y sabía que estaba cerca, me engañaba constantemente haciéndome creer que faltaba muy poco.
Cuando en una curva veo aparecer un campesino/gaucho montado a caballo pasa a mi lado, me saluda y me pregunta a donde voy, le digo que a lo de Iván y me dice, "ya te falta poco, un poco mas y llegas a una curva, ahí tomas a la derecha y la tranquera blanca" me subió otra vez las fuerzas para continuar, me despido y sigo.
Al parecer para esta gente del campo todo es cerca, es el conocido "ahicito no ma" que resultaron ser como 5kms, jaja, pero bueno, era igualmente una buena señal.
A lo lejos, en medio de una bruma que cabe aclarar todo el viaje fue en medio de una constante aunque ligera llovizna, alcanzo a ver la silueta de la estancia y del molino de viento y me entusiasmó mucho mas pero mis piernas apenas respondían, era como que caminaban por inercia, yo intentaba controlarlas pero no había mucho caso, y no quería detenerme a descansar con miedo a que se me acalambraran al enfriarse, sabía que si tenía que llegar tenía que ser todo de una así que seguí.
Realmente el ultimo o los 2 últimos kilómetros no los hubiese podido hacer si no fuera porque veía claramente mi meta, la estancia, durante la caminata me había puesto como prueba de mi espíritu aventurero el llegar, iba pensando que cuando lo que a uno lo mueve es un gran deseo y tiene un espíritu fuerte puede lograr a hacer cosas imposibles (como esta para mí, me imagino que hay muchos que lo hacen cagandose de risa). El camino se hace al andar!
Al llegar, luego de 4 horas de intensa caminata, lo encuentro a Iván viendo el partido del Barcelona vs Real Madrid por la Copa del Rey y me recibe muy sorprendido, me dice "creí que no te habías mandado, queres darte una ducha?" y le digo "un vaso de agua por favor, estoy re deshidratado", me tomo como 4 vasos de agua al hilo y me doy una ducha, con las piernas temblándome, me cambio de ropa y me siento finalmente a lo que vine, a vivir una de las mejores experiencias que he vivido, compartir con gente increíble.
Esa noche fui el único que llego, así que pudimos tener una charla extensa concentrada solo en nosotros 2.
Al día siguiente llega al medio día uno de los mejores amigos de Iván con su hijo Juan y 3 ex compañeros de la hija de Iván, Emiliano, Lola y Gisela, mas tarde llegan en colectivo Paula y Caro, y Yamila con Nico desde La Plata, se empezó a llenar la estancia, como es costumbre y lo mejor de todo, la clase de gente, viajera, aventurera, distinta a lo ordinario y común.
Empezaron cada uno a dedicarse a una actividad, algunos hacían dulce de leche casero, mientras otros amasaban para hacer medialunas y palmeritas, yo me fui con Juan a agarrar caballos y montarlos, mientras otros tocaban música o pintaban.
Tarde en la noche llegan Priscila y Sol pero no consiguieron quien las trajera así que tuvieron que quedarse a dormir en el pueblo.
A la noche seguíamos divirtiéndonos con grandes conversaciones y poco a poco iba cayendo la gente a sus camas, al final solo quedamos Iván, Diego y yo, Iván desistió y se fue a dormir y yo seguí al menos 1 o 2 horas mas con Diego ya que me parecía muy interesante hablar mano a mano con el gerente general del diario La Nación, podía sacarme la duda de muchas interrogantes que tenia, y encima de primera mano, no de que alguien más le contó, ya se imaginaran la variedad de temas, desde política, economía, religión, zeitgeist, política de ecuador, del mundo, mis viajes, etc.
Al día siguiente llegan Priscila y Sol y al medio día se van Diego y Juan, llevando a Gisela que tenía que volver a Buenos Aires, pero seguimos con las múltiples actividades, hicimos un "blanco" para ir a disparar con un rifle calibre 22 que tiene Iván.
Llegan también otro Diego con Mariela y el pequeño Lolo.
Luego fuimos con Yami y Nico a tratar de cazar patos, aunque personalmente no sé si hubiera sido capaz de dispararle a una criatura viva por suerte no encontramos la laguna donde ellos estarían así que nos volvimos con las manos vacías y con una pequeña llovizna que parecía nos tendría a todos encerrados en la estancia toda la noche.
Por suerte las nubes nos pasaron lejos y fueron a descargar a Urdinarrain, mientras a nosotros se nos empezaba a despejar el cielo, era increíble ver a lo lejos nubes de tormenta, cargadas de truenos y relámpagos y por sobre nuestras cabezas un cielo lleno de estrellas ahí empecé a probar mi nueva cámara con sus modos manuales y pude captar varias tomas interesantes.
En una de esas tomas aparece un "rayo" muy claramente, pero a su vez inentendible, estaba muy bajo en altura y sobre todo muy cerca de nosotros y ninguno de los que estábamos afuera viendo este espectáculo recordaba que hubiese pasado eso, cuando al toque me acuerdo que Diego había salido a buscar algo a su auto con una linterna y entro en razón que la cámara con su obturador abierto había capturado todo el trazo de la linterna. Entonces se nos ocurre la gran idea de empezar a dibujar cosas con 2 linternas de distintos colores.
En un momento con Caro escribimos nuestros nombres pero nos quedo como tarea hacer el nombre de la estancia como recuerdo para Iván.
Después de esto, ya estaba muy fría la noche como para seguir afuera y entramos a otra gran noche muy flashera, empezamos a boludear con unos chipas (panes de yuca para los ecuatorianos) que habían sobrado, yo le "tallo" una cara de tortuga a una y empieza a cobrar vida, le metemos una bola imantada para moverla gracias al magnetismo y esta misma fue encontrando su cuerpo, cola y empezó a viajar, haciendo amigos y viviendo muchas experiencias, estábamos solo 3, Caro, Paula y yo y nos re divertíamos con la historia que estábamos inventando acerca de la tortuga.
Otra noche larga, pero finalmente caímos todos a la cama, al día siguiente, sábado medio día me levanto estaban Yamila con Nico y Lucas, el hijo de la señora que limpia la estancia, intentando agarrar varios caballos para salir a montar, consiguen 3 y se van Pris, Sol y el chiquito. Llega Alejandra, una venezolana que también venia a pasar el finde, entonces nos vamos con Yami, Nico, Ale y yo a buscar nuevamente la famosa laguna para cazar patos, entramos a caminar y no encontramos nada, yo me voy hacia la izquierda, que era hacia el lado donde había ido la vez anterior con Alisson en caballos y había un pequeño rio y los demás tomaron hacia la derecha, yo encontré mi rio pero estaba muy seco y ningún pato, así que como me había separado tanto de los demás decidí regresar.
Esa noche se volvían Caro, Pau, Lola y Emi, así que Iván decidió adelantar el corderito y prepararlo esa noche, arrancamos temprano porque las chicas se iban a la media noche y entre conversa y conversa salió un cordero excelente y sobro un montón para el día siguiente. Aprovechamos y con Caro nos fuimos a tratar de escribir el nombre de La Malfatta con luces y después de un par de intentos nos salió!
La sobre mesa fue muy divertida, entre Yami y Diego empezaron a contar unas anécdotas increíblemente chistosas, después Pau y Caro aportaron su grano de arena y no podíamos parar de reírnos.
Lastimosamente una gran parte de este hermoso grupo que se había formado se tuvo que regresar a buenos aires por temas laborales, educativos o lo que sea pero lo bueno es que eso no hizo que empeore ni cambie el ambiente en la estancia, más bien le abría nuevas posibilidades a la gente que no había tenido mucha interacción con el resto.
El domingo se regresaban Diego con Mariela y su bebito Lolo así que Ale, que tenía ganas de hacer panes caseros intento tenerlos listos antes de que se fueron pero fue imposible, de todas maneras la pasamos genial y en ese poquitísimo tiempo llegue a generar lazos muy lindos con estas personas, cosa de la que hablábamos con Iván la primera noche.
A la tarde se despidieron de nosotros fuertemente como si de grandes amigos se tratara y volvieron a sus vidas habiéndonos dejado aparte de las chistosas anécdotas, un gran recuerdo de cada uno.
Ya ese día quedábamos pocos, Yami, Nico, Ale, Pris, Iván y yo, como Ale tenia pasaje para volver el lunes a las 11am yo compre para el mismo y más tarde Yami y Nico también, quedaba Pris que tenia pasaje que salía desde Gualeguaychu a las 6pm.
Por la noche empezamos a desmenuzar el corderito porque iban a hacer una "mayonesa de ave de corderito" y yo me separe unos trozos para hacerme un sanduche con los panes caseros que había hecho Ale.
Esa noche me permitió conocer más a Pris, que era una de las personas con las que menos interactué en todo el feriado pero dentro de lo poco que habíamos hablado había detectado un carácter y personalidad hermosa en ella. Entre conversaciones, chistes, filosofías y cosas nos fuimos abriendo todos, Ale estaba también con nosotros pintando sobre una de las paredes cosas geniales no solo con pintura, sino también con productos orgánicos como café, aceite y no sé qué cosas más.
Esa última noche no planeábamos dormir ya que a las 8am nos venía a buscar una traffic para llevarnos al pueblo pero el cansancio pudo más, aunque sea dormir 4 horas pero era algo así que muy tarde en la madrugada nos fuimos a la camucha.
Lunes por la mañana hora de guardar todo y despedirnos, dejar un lugar mágico donde conocimos y pasamos tan buenos momentos llenos de tan buena vibra, tanta buena onda era muy difícil, sobre todo despedirnos de Iván quien era el maquiavélico constructor de tan grandiosa experiencia.
Costo pero nos despedimos y nos fuimos todos menos el a Urdinarrain, yo al llegar me acosté en una banca y me quede profundamente dormido hasta las 10:30 que llego el colectivo.
Durante todo el viaje dormí aunque muy livianito que no me permitió realmente descansar pero si hacer el viaje más corto, cuando finalmente llegamos a Buenos Aires nos despedimos de Yami y Nico con muchas ganas de vernos de nuevo y me voy con Ale a tomar el subte para volver cada uno a su casa.
Una vez en casa las pocas fuerzas que me quedan las uso para darme una buena ducha, subir las fotos y nada más, me acuesto a dormir a las 7pm para despertar hoy a las 11am.
Lo único triste de todo esto es como conté en el relato, lo que hablamos con Iván sobre lo lazos o vínculos sentimentales tan fuertes que se generan cuando se junta gente con las mismas filosofías de vida o al menos parecidas, o aunque no se parezcan son gente abierta a conocerlas, de una forma u otra ir a "encerrarse" a un campo por días no es para todos, y eso ya es un gran filtro, permitiendo que las pocas o muchas personas que están ahí tengan muchas cosas en común. Lo triste es cuando cada uno se tiene que volver a esta realidad que los tiene tan ocupados y no se los vuelve a ver.
Realmente espero tener el placer de volver a compartir tiempo con estas personas pero basado en los consejos de Iván y en mi propia experiencia, no tengo que aferrarme mucho a estas cosas que siempre son temporales porque así como lo hago yo, todos siguen con su vida y tengo que tan solo guardarlo en un hermoso recuerdo.