Moto Viajera
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El gran cambio

Con un gran dolor pero al mismo tiempo una gran expectativa por el mismo, les anuncio el cambio que hace algún tiempito vengo pensando y que finalmente he decidido.

He decidido cambiar mi medio de movilización, si bien las ganas, el deseo y el sueño son el mismo, luego de mi primer gran viaje y con la experiencia adquirida con el mismo he tomado la decisión de vender a mi hermosa negra que tan fielmente me llevo hasta el fin del mundo y si hubiese sido por ella me hubiese traído de vuelta, pero fui yo el que tuvo que decir no y dar un paso al costado, ella que tan bien se porto conmigo y que me banco en todas, hasta en las circunstancias para las que no fue creada tuvo que volver sola encerrada en un cajón mientras yo terminaba mi viaje casi en muletas. La venderé espero que a alguna persona que sepa apreciarla y cuidarla como yo intente siempre hacerlo, para pasarme a un vehículo de 4 ruedas.

Mas específicamente a una Volkswagen Kombi, después de mucho o poco estudiar el cambio y las posibles alternativas dentro de mis posibilidades, creo que lo más acertado es esta elección, ya que me permite mantener en cierto nivel lo llamativo del viaje al hacerlo en una forma poco convencional. Si bien una de las principales funciones de la kombi es el viaje, hoy en día existen muchas mejores opciones en cuanto a equipamiento, tamaño, consumo, etc, pero la kombi mantiene fiel su llamativo y misticismo, y sobre todo su espíritu aventurero, bohemio y liberal que tanto la identifica con los hippies, sin con esto querer decir que soy uno de ellos, al menos no todavía, jeje.

La idea nació luego de que Luciana y Ale de Rio Gallegos me contaran que habían comprado una para armarla como casa rodante, o más bien dicho, como departamento rodante. De ahí en adelante tuve muchas ocasiones del viaje que estuve pensando la posibilidad del cambio, los beneficios, las contras, las diferencias y los parecidos de ambos medios.

Intentare resumir en pocos puntos los más importantes que me hicieron tomar esta decisión:

  1. Posibilidad de viajar acompañado.- Ya que si bien disfruto de la soledad tampoco es mi idea viajar eternamente solo y aparte me brinda la posibilidad de ayudar a otros viajeros/mochileros en sus aventuras.
  2. Renegar menos en climas extremos.- Sea por lluvia, frío, calor, nieve o una combinación de estos, me permite pasarla un poco mejor en casi cualquier situación.
  3. Menor exposición a sufrir lesiones.- Las cuales pueden llegar a joder parcial o completamente un viaje o aventura y complicar todo.
  4. Llevo mi cama conmigo.- Durante el viaje algunas veces sufrí de angustia por no saber precisamente donde iba a dormir y a altas horas de la noche termine pagando altas sumas por míseras habitaciones, con la kombi nunca mas sufriría de esta angustia.

Y creo que eso sería lo más importante.

Así que ahora me tengo que poner en campaña de consentir y poner en condiciones optimas a mi negra para que consiga rápido un nuevo dueño, y encontrar mi kombi, que según estuve leyendo hay que tener mucha paciencia, ya que existe según dicen, una para cada uno, como la mujer indicada.

La idea sería en el mejor de los casos, mas adelante comprar una moto mas chica tipo enduro/cross y llevarla en remolque para seguir disfrutando del mundo en 2 ruedas en los lugares que visite. Pero eso está por verse, hay que ver cómo se desarrolla todo, hoy lo que sé es que esto es lo que quiero y lo voy a conseguir!

Así que muy pronto el sitio cambiara su nombre por Kombi Viajera, siendo básicamente igual en todo sentido mas solo cambia el vehículo.

Gracias por leerme y espero que no pierdan el interés en mis aventuras!
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Gran Viaje al Sur: Dia 31 y Ultimos Dias

Día 31


Bueno, hoy empecé las averiguaciones para mandar la moto a Capital Federal ya que a mí me costaba mucho seguirla manejando, tenía el pie muy inflamado y apenas podía soportar mi peso, no me imaginaba si en algún momento tuviera que aguantar el peso de la moto.


Averigüe en el tren y no era muy caro, salía alrededor de $300 en el Patagónico y después en el Ferrovías me habían pasado un aproximado de $150, lo que hacia el envío casi al mismo valor que me hubiese costado llevarla andando, tenia 2.000kms por delante así que eso implicaba unos 100Lts de combustible a un promedio de $4 = $400, más los gastos de hospedaje, comida, etc.


El tema es que tenía que llevarla hasta Bariloche, así que arranque pasado el medio día, después de almorzar con Ale, le pegue una revisada, ajustada y descartada de cosas que no necesitaba.

Llegue a Esquel donde paso a cobrar una plata de mi primo y esta persona, Manuel, me ayuda a cotizar un flete para mandar la moto en camión desde Esquel.
La llevamos al lugar, me indican que saldría $650 finales, incluido el seguro, así que por $200 me olvidaba de llevarla 300kms hasta Bariloche.


Yo temprano había preparado en mi bolso de tanque, la poca ropa limpia que me quedaba y mi compu, para así en la mochila, mandar junto a la moto las herramientas, repuestos y todo lo que no fuera a usar los últimos días, así que emplasticamos todo y la deje.

La mujer de Manuel me fue a buscar para llevarme a la terminal, y alcanzo justo a tomar el último micro que salía hacia Bariloche, donde me iba a estar esperando mi primo Javier.
La verdad se portaron increíblemente ambos.

Durante el viaje aproveche a adelantar mucho del libro "Atrapa tu Sueño", leí justo la parte de cuando pasaron por Ecuador y me dejo asombrado y maravillado que la experiencia haya sido tan positiva.
Por suerte había decidido mandar la moto desde Esquel, ya que desde unos 150kms antes de Bariloche empezó a llover, poco pero constante y yo había guardado al fondo de todo el traje de lluvia.

Al llegar a Bariloche voy a sacar el boleto del tren y estaba cerrada la estación, así que espero a Javi para irnos a Villa La Angostura.
Durante el camino vemos que empieza a nevar, y era algo bastante inusual para ser diciembre.
Ya a la media noche no paraba de nevar, por primera vez en mis 27 años veo esto, era increíblemente hermoso.


Últimos Días



A la mañana siguiente todo blanco, como nunca antes había visto, un paisaje que de por si es majestuoso, ahora lo era mucho más, todo blanco para mí.


Lo acompañe a mi primo en varias recorridas que tenía que hacer con su trabajo, estuve casi todo el fin de semana de niñero de Tiziana, la hija de él y pase unos hermosos días en esa hermosa población.
Javi y Marce me trataron de lo mejor, me encontré y conocí a unas primas lejanas que tengo por allá, a sus parejas y a sus hijos, la verdad, me quede con ganas de mas, pero sé que pronto volveré, me deje pendiente el paseo por los 7 lagos para hacerlo yo a mi ritmo, a mi tiempo, a mi manera de hacer las cosas!


Me voy a Bariloche a tomar el tren y cuando llego me indican que no hay más boletos, en ninguna clase, a ningún precio. Así que voy a preguntar por los boletos en ómnibus, y salían fortunas! Unos días atrás, mis padres, por la lesión me habían ofrecido un boleto aéreo para el regreso, el cual agradecí pero rechace, ya que no quería que esta tan larga aventura terminara en cuestión de horas, subirme a un avión, y en menos de 2 horas ya estar en mi casa, quería volver en tren, mas allá de su costo extremadamente económico, por conocer y mantener aun la aventura.


Pero viéndome en las circunstancias de tener que pagar $530 por un viaje de 22 horas sentado en un aburrido micro, preferí recurrir a la anterior oferta de mis padres, quedándome unos días más en Bariloche para así pasear y conocer un poco.


Me encontré con Ramiro Ordoñez, un motoquero ecuatoriano que se encuentra dando una vuelta por Sudamérica y con el cual venia en contacto desde hace unos meses, fuimos a la casa de Raúl, un seguidor de sus relatos, el cual junto a su esposa nos dieron de comer y nos atendieron de lo mejor. Después de mucho charlar y mostrarles fotos, nos fuimos a dormir, Ramiro al hostel donde estaba ya hospedado y yo al no encontrar lugar ahí empecé a caminar rengueando buscando otro sitio.
Finalmente conseguí donde quedarme, luego de caminar alrededor de 15 cuadras y me eché a dormir.


Al día siguiente, desayuno y salgo del hostel, mientras camino llamo a un amigo de mi papa, Tono, que vive en Bariloche y el cual junto a su esposa nunca me habían conocido, ni de bebe. No logro hablar con él y llamo a su esposa, Patricia, saludo y le indico que estaba en Bariloche y que me gustaría juntarme con ellos para conocerlos. Al poco tiempo le llama Tono y se me corta por baja batería, voy a donde él trabaja y al entrar veo a una persona que me señala y me indica que me acerque. Era Tono, que se ve que por mi parecido con mi padre me reconoció, nos presentamos y luego de una corta charla, por su ocupación, me indico que ese día estaba muy complicado de tiempo, pero que al día siguiente saldríamos a comer a la noche para charlar de todo, me pregunto si estaba hospedado en algún lugar a lo cual respondí que no y me ofreció muy amablemente alojarme en una hostería de un conocido, lo cual no pude rechazar, nos despedimos con la deuda de vernos con más tiempo para poder conversar más profundamente y conocernos más.


Fui a la hostería y deje la única mochila que cargaba conmigo, y salí a conocer, me fui al cerro Otto, al cual llegue en un teleférico, junto a mi suben a Josua, un flaco de Jujuy muy macanudo con el cual nos hicimos amigos y conversamos largo tiempo, de mi viaje, de su viaje, de todo un poco, estuvimos arriba de dicho cerro, contemplando la ciudad de Bariloche y gran parte del parque nacional Nahuel Huapi, una hermosura.
En eso me llama Tono y me pregunta si tengo planes para mañana, le digo que todavía no, me pregunta si quiero hacer una excursión al Tronador, le pregunto cuánto cuesta y me dice "de eso no te preocupes, queres hacerla?" a lo cual acepto y me indica que me dejaría el voucher de la misma en la recepción del hotel.


Al día siguiente, 8am me pasan a buscar y me voy a la excursión, con la cual confirme que me encanta ser un viajero y no un turista más.
Si bien la excursión estuvo muy buena y mas allá de los paisajes rescato lo que aprendí de historia gracias al guía, no me gusta el hecho de ir encerrado en un mini bus y parando en lugares específicos para tener las mismas fotos que todo el mundo.



Pero repito, de todas formas la excursión fue muy linda, el Tronador es alucinante, un volcán pasivo con un enorme glaciar en su cima, vimos los ventisqueros negros, que es básicamente nieve negra, que se crea de la mezcla de los desprendimientos y/o avalanchas de nueve del glaciar y las cenizas volcánicas.




Pasamos por la Cascada de los Alerces, muy hermosa cabe aclarar y me encuentro con una amiga de mis padres y sus 2 hijos, vaya casualidad de que acá en Buenos Aires no los veía hace como un par de años y me los vengo a encontrar en Bariloche y encima en medio de una excursión.




Volví de la excursión y me fui a comer con Tono, que me invito un exquisito corderito patagónico, con una entrada de ahumados que realmente me dejo tan lleno, que casi salgo rodando. Conversamos mucho de todo en una cena muy amena.


Luego me junto con Gastón, el hijo mayor de la amiga de mis padres y con Josua, el Jujeño y salimos a un bar, a pasar el rato, ver lindas chicas y tomar unos traguitos.



El ultimo día me vino a buscar Patricia, esposa de Tono para conocerme y llevarme al aeropuerto, era una lástima porque solo íbamos a poder hablar unos minutos, pero así como es de rara la vida, es de buena, cuando llego, medio atrasado en tiempo me comunican que el vuelo venia demorado y que saldría alrededor de 1 hora más tarde, lo que nos daba un poco más de tiempo para conversar, conversación que al menos para mí fue muy enriquecedora, muy, me recomendó un libro llamado "El Secreto" el cual buscare y comprare una vez terminado el actual y luego de un gran abrazo nos despedimos.


Una vez en el avión me encontraba triste pensando en todas y cada una de las personas maravillosas que conocí en el camino y en todas las excelentes experiencias que tuve, más que nada sociales, como siempre he dicho, más allá de los hermosos paisajes que aprecie, lo que más rescato del viaje es la gente que conocí, es la gente que esta maldita jungla de cemento y metal me hizo creer que ya no existía, la gente que se abre y te entrega todo sin siquiera conocerte y sabiendo que muy posiblemente nunca más en la vida te vuelvan a ver, básicamente, sin ningún interés.



Y eso me hace desear más, quiero conocer más gente así, quiero que otra vez el mundo dibuje una sonrisa en mi cara, y me haga dar cuenta que estuve equivocado al pensar que el mundo es una mierda al no poder ver más allá de lo que tengo adelante de mis ojos.

No me malinterpreten, he conocido mucha gente hermosa acá en Buenos Aires, muchos de los cuales considero mis amigos y otros con los que no he podido mantener una mayor relación igual les tengo un muy agradable recuerdo, pero en general creo que esta ciudad me cambio mucho a mi, y para mal.



Hoy, después de ser el último en bajarme del avión por no querer volver acá, solo siento que estoy de paso, temporalmente para poder hacer los ajustes necesarios para volver a salir, con nuevos planes, nuevos proyectos, nuevas metas, algunos cambios pero la misma energía y ganas de aventura y de sobre todo, VIVIR MI VIDA, no la de los demás ni mucho menos, no vivirla, vida solo hay una y si no la vivimos hoy, puede que no haya mañana!

Doy por finalizado oficialmente mi Gran Viaje al Sur con un saldo excesivamente positivo y con ganas de mucho mas!

Un saludo muy grande a todos, hayan sido o no parte de esta aventura, y quisiera pedirles un favor, si ven a un viajero en la calle, ayúdenlo, no tienen idea como un simple plato de comida o 2mts cuadrados de piso donde puedan tirar la bolsa de dormir puede ayudar tanto y puede ser tan enriquecedor, siempre busquen aprender de los demás y ayudar.

Jonathan, mi mecanico de confianza
Hernan, gran compañero de rutas
Angel, gran fanatico de mis relatos
Fernando, Lujan y flia, que hermoso verlos despues de tanto años
Carlos y Cristian, gran parte de este viaje
Marcelo y Cintya, de Comodoro Rivadavia, excelentes personas
Stephane y Chris, gran compañero de ruta y un gran viajero solidario
Per, Martin y el otro Checo, despues de romper la barrera de hielo resultaron ser grandes tipos
Daniel padre, Daniel hijo y toda su flia, que gran familia motoquera!
Gaby, la gran motoquera del fin del mundo!
 
 Juan Jose Degratti, uno de los primeros viajeros en hacer Ushuaia - Alaska
Taty y Facu, que genios, excelentes tipos!
Willy, otra excelente persona que conoci en este viaje
Luciana y Ale, que hermosa pareja, viajeros en descanso
Sara y Warren my british friends, muy buenas personas
Gran famila lejana, Javi, Marce, Silvina, Estevan, Gloria, Gustavo e hijos!
Ramiro de Ecuador, gran motero! Nos veremos pronto!
Rocio, Graciela y Gaston, amigos de Buenos Aires
Tono, que gran tipo!


Y lamento muchísimo no tener fotos con tantas otras personas que conocí, intentare nombrarlas al menos, pero aun así tengo miedo de olvidarme de alguna, discúlpenme.
Meli y Joy de Mar del Tuyu
El Chueco y tantos mas de Ushuaia
Analia de El Calafate
Mariela y Ale de Trevelin
Patricia de Bariloche
Raul y esposa de Bariloche

Y que carajo esperan para salir a la ruta!!
La vida no los espera, los deja en el camino!!
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Gran Viaje al Sur: Dia 25, 26, 27, 28, 29 y 30

Día 25


Luego de una noche con muchísimo viento nos levantamos y preparamos para salir hacia el lago del desierto, como pensábamos pasar otra noche ahí dejamos la carpa armada por primera vez en mi viaje, con todo el equipaje dentro y nos fuimos a recorrer muy livianitos.


El día estaba espectacular, completamente despejado, pudimos apreciar el Fitz Roy en su plenitud sin 1 nube a su alrededor, compramos pan, jamón, queso y agua para el medio día y salimos.


El camino de ripio pero bastante bueno, bordeado constantemente por un rio que se origina en dicho lago. Muy agradable todo el recorrido hasta que finalmente llegamos, un lago gigante de un color esplendido y una naturaleza en su máxima expresión, subimos a la roca más alta que se podía alcanzar sin escalar para comer los sanduches que habíamos comprado para el medio día.


Luego nos tiramos a absorber un poco de la energía del sol y de la naturaleza, una calma total que apenas se veía interrumpida por las voces de otros turistas que estaban de paso.
Regresamos y me fui a dar unas vueltas por el pueblo esperando encontrarme con Stefy o Jorgelina, aunque sabía que se iban este día, esperaba que fuera a última hora, para poder finalmente conocerla, pero no hubo caso. Volví a la carpa y en encontré con Stephane, del cual me había separado al regreso porque paraba a tomar fotos.


Me comenta que había hecho otra vez el camino hacia el Fitz Roy y que se había cruzado con Stefy, entonces empiezo a interrogarlo para ver si se refería a la misma chica y llegue a la conclusión que si, así que salí de nuevo a dar otras vueltas pero nada, a la noche, me llevo el libro obsequiado por Luciana y me siento en la plaza con la moto al pie mío en clara señal de que si andaban todavía por ahí dando vuelta me verían o verían la moto, pero luego de estar 1 hora y media en el frio leyendo me regrese.
Desistí, no la pude conocer, será una señal para hacer un viaje hasta Australia?


Día 26


Salimos temprano con destino Gobernador Gregores, sabíamos que a partir de ahora vendría la verdadera ruta 40, tan mítica y tan destructiva, a Stephane otros franceses que viajaban en auto le habían dicho que habían visto varios motociclista al costado del camino descansando por tan cansadora ruta.


Nos cruzamos en una estación de servicio con un camión gigante de turistas, que lleva un acoplado atrás donde estos turistas duermen todos juntos en cuchetas, estamos hablando de alrededor de 42 personas juntas en prácticamente un contenedor.


Seguimos y la ruta no era tan mala, el problema era el viento, que en un momento casi me saca de la ruta mandándome sobre la banquina llena de piedras sueltas.
Llegamos a Gobernador Gregores y nos sucede unas de las cosas de las que tanto escuche antes del viaje, “No hay nafta”, en la única estación de servicio, nos dicen que a última hora llegara el camión así que como igual habíamos planeado dormir ahí fuimos en búsqueda del camping municipal.


Nos instalamos, hicimos el cambio de cubierta de mi moto, ya que la pirelli mt60 que le había comprado a Daniel en Rio Gallegos no daba para más, le volví a calzar la michelin. Al ratito llega Ferrari, un amigo de Daniel, que estaba haciendo un viajecito hacia chile con un par de amigos de los cuales 1 se accidento a la entrada de este pueblo y termino con tibia y peroné quebrados, así que se había quedado solo, y estaba esperando que llegara a la noche por encomienda su carpa y bolsa de dormir.


Luego aparece una Toyota 4Runner con placas de California, me acerco y empiezo a hablar con el que manejaba, era un ingles llamado Warren, quien junto a su novia Sara venían recorriendo desde Estados Unidos hace varios meses y estaban por terminar su viaje en Buenos Aires, pero antes llegando hasta Ushuaia, así que habiendo pasado hace muy poco por todo ese camino pude recomendarles muchos lugares para que conozcan.


La verdad que ambos excelentes personas, conversamos muchísimo y fuimos a comprar algo de comer, cuando veo en la carnicería que están cortando un corderito les pregunto a ellos si lo habían probado y me dicen que no, entonces como yo tampoco había tenido la oportunidad de degustarlo ni Stephane compramos un par de kilos (que finalmente fueron mayoritariamente hueso) para preparar en las parrillas del camping.
Le pregunto al cajero como se cocinaba y me dice “preparas en un recipiente aceite, orégano, pimentón y ají molido y mientras lo vas cocinando lo van bañando en esa mezcla”, le digo “decime que se hace a la parrilla porque si es al horno estamos complicados, quiero hacerles probar a los extranjeros el corderito”, me dice “si, a la parrilla o al horno”, entonces le digo “bueno, ya voy a ver donde consigo los ingredientes que me diste”, e inmediatamente sale corriendo para adentro del supermercado para volver enseguida con los 3 ingredientes, me dice “toma, van por cuenta de la casa, solo conseguí aceite y listo” y por primera vez también me sucedió otra de las cosas que siempre leí, la ayuda y la bondad que tienen con la gente que viaja, si bien no era nada muy caro, el gesto fue grandioso y los ingleses y el francés quedaron asombrados al igual que yo.


Volvimos al camping y empezamos a preparar todo y mientras pasaba el tiempo íbamos cocinando lentamente el corderito, los ingleses prepararon arroz con arvejas, las cuales tuve que sacar, ya que no me gustan.


Cuando nos damos cuenta adentro del cordero había venido un riñón, el cual jodiamos con Sara de que era un testículo, Stephane lo separa lo corta y se come un pedazo confirmando que era riñón, siguen Warren y Sara y me guardan un pedazo a mí, el cual rechazo ya que otra cosas que no me gustan son las viseras y seguían los 3 muy insistentes que con un par de cartones de vino encima ya estaban medios borrachos, cuando me mando a la boca el pedazo de riñón, lo mastico un par de veces y me vienen nauseas y ganas de vomitar, tuve que escupirlo. Sé que está mal, hay mucha gente muriéndose de hambre y ese pedacito bien seria un manjar en sus bocas, pero lamentablemente no pude comerlo.


Seguimos la noche tan amena, mientras yo le enseñaba español a Sara llego otro viajero de Rio Gallegos, Néstor, que estaba de vacaciones en El Calafate pero que lo habían llamado de la empresa y tenía que volver, así que hacia noche ahí esperando que le confirmen la vuelta. Se unió a la conversación, puso algo de música y terminamos todos muy cansados, algo tomados y con mucho sueño.


Día 27


Nos despedimos de Néstor, Warren y Sara, a los cuales les pase mi mail y mi celular para que cuando estén en Buenos Aires me llamen y salimos con destino a Los Antiguos, donde tenía el contacto de Mariano de CouchSurfing para alojarnos esa noche, en el camino perdí mis zapatillas y las ojotas (zapatos y zapatillas para los no argentinos) y los 2 litros de aceite que había comprado para hacer el 2 cambio de aceite del viaje, me regreso 15 kms buscándolos y solo encontré el aceite, así que re caliente seguí, al llegar a Perito Moreno voy a cargar combustible a una YPF, hago el cambio de aceite así ya me deshago de todo lo que llevaba “colgando” afuera de la mochila para no tener nada mas que se pueda perder y veo que tienen internet así que me quedo un rato subiendo fotos y leyendo mails, intento comunicarme con Mariano pero no hubo caso, no conseguí hablar con él, así que después de varias horas conectado empecé a buscar hospedaje. Todos los sitios baratos estaban ocupados por la municipalidad del pueblo ya que justo eran las fiestas del mismo, así que lo único que quedaban eran los hoteles caros o el camping municipal, yo realmente quería una cama ya que quería descansar bien antes de entrar a Chile donde sabía que estaba muy caro todo.
Termine durmiendo en el camping me di una buena ducha de agua caliente y me fui a dormir. Día sin nada muy interesante.




Día 28


Me levanto temprano y salgo con destino Chile, camino a Los Antiguos paso por el Lago Buenos Aires, y me llevo una muy grata impresión, lago hermoso, azul profundo, con muchas olas, estaba soplando fuerte el viento ese día, por suerte había decidido quedarme en el camping porque una opción del día anterior era viajar de noche hacia Los Antiguos en búsqueda de una cama para dormir, y me hubiese perdido tan agradable paisaje.


Los Antiguos me encanto, la verdad que un pueblito muy lindo, chiquito y tranquilo, con ese enorme y grandioso lago a sus pies, da como para quedarse a vivir, el tema es ver de que trabajar.
Compro unas facturas para meter algo a la panza y sigo hacia Chile, cuya frontera se encuentra a no más de 7kms de este pueblo.


Cruzo y apenas toco Chile empieza el ripio de nuevo, para esto cabe aclarar que venía todo en un asfalto excelente desde 100kms antes de Perito Moreno. Empiezo a manejarme por Chile con unos caminos muy lindos, paisajes maravillosos, que me recuerdan mucho a los paisajes de la sierra de Ecuador. Tuve una pequeña caída en una curva mientras subía por una pendiente, justo había un alemán que me saludaba cuando me caí así que me ayudo a levantar la moto.



Llegando a Puerto Rio Tranquilo veo un cartel que anuncia la famosa o no “capilla, catedral y cueva de mármol” uno de los sitios que habíamos visto con Carlos y Cristian mientras armábamos la ruta hace tantos meses. Voy a tal lugar y consulto el precio, como estaba solo me dicen que tengo que pagar la lancha, que salía $25.000 chilenos, de los cuales yo apenas contaba con $19.000 ya que había cambiado un rato antes cuando compre algo de comer, empiezo a negociar y me deja en $20.000 incluyendo el camping ahí mismo el cual según él me saldría $5.000 en cualquier lado, así que estaría tomando el paseo en $15.000 que al precio que cambie serian algo así como $125  argentinos. Pensé, “si pague $150 en San Julián para ver los delfines y estoy acá en otro país y tan cerca de ver esto que tanto queríamos ver con Carlos y Cristian, lo hago, por ellos que no pudieron llegar hasta acá” así que le digo que solo tenía $19.000 y me acepta y voy.
Realmente no quiero ser malo pero no me pareció nada tan impresionante, no sé si quizás por haber tenido hace pocos días la experiencia del glaciar, que hasta el día de hoy es lo más grandioso y majestuoso que he visto, dimos varias vueltas, recorrimos todos y cada unos de los huecos de las cavernas, me canse de tomar fotos, incluso muchas simulaba ya que el “guía” me seguía dando vueltas alrededor de las mismas y me miraba esperado una cara de maravillado, la cual intente disimular mientras exclamaba “wow, que increíble todo esto”.





Al regreso me encuentro con Stephane que también había ido al lugar, para esto en Perito Moreno nos habíamos separado ya que hubo varias diferencias de tiempos y de cosas que cada uno quería hacer, el visitó La Cueva de las Manos en Bajo Caracoles, yo no, y otras cositas mas, el decidió esperar hasta el día siguiente para hacer el paseo, además pagando mucho menos ya que la lancha podían ir 6 u 8 personas. Así que acampamos ahí y se largo a llover, nos encerramos cada uno en su carpa y hasta el día siguiente.




 Día 29


Amaneció lloviendo y cuando paro aproveche a cargar la moto y guardar todo para seguir, con destino desconocido, sabía que tenía que llegar a Coihaique para cargar combustible e intentar avanzar lo máximo posible, la ruta se había empezado a empeorar con la lluvia y no tenía muchas ganas de llegar a Chaiten, así que haría una noche en un punto intermedio y lo más cercano a la frontera de Futaleufu, tenía como opción Puerto Cisnes pero decidí ir a Puyuguapi el cual me quedaba 20kms mas lejos pero sobre la ruta, mientras que a Puerto Cisnes me tenía que salir de la misma.




Camino a Puyuguapi el camino se puso muy complicado, entre a un parque nacional donde el camino era apenas más ancho que un auto y con un ripio que no se si se podría llamar ripio, parecía más bien un camino para mulas y caballos, la verdad un desastre, encima con la lluvia se aflojo todo y lo inevitable sucedió, una curva en bajada que se cerró y caída fea, 2da del viaje, 2da en Chile, rompí el parabrisas, doble el manubrio y casi rompo la palanca de cambios que quedo torcida para arriba, la enderezo, termino de arrancar el parabrisas y sigo, muy pero muy caliente, puteando dentro del casco a un país que quiere hacer creer a todos que es del primer mundo pero que es incapaz de tener la “Carretera Austral” que imagino que debe tener cierta importancia, en buen estado.



Consigo llegar a Puyuguapi todo mojado y voy a preguntar al primer hospedaje que encuentro, una casa gigante muy linda, imaginaba que iba a ser de lo más caro del pueblo pero siendo pueblo chico pensé que sería accesible. Precio habitación single $20.000, con baño compartido $16.000, $110 en pesos argentinos, me recomiendan otro sitio más barato, lo busco sin resultado y voy a cargar combustible, le pregunto al encargado de la estación de servicio y me recomienda un par, al primero que pregunto me dice $3.500, listo, ahí me quedo, con agua caliente salía $5.000 pero yo lo único que quería era bajarme de la moto, acostarme en una cama y dejar que el día termine lo antes posible. Tanto así que apenas baje las cosas de la moto y me instale en el cuarto, quede dormido muy temprano.


Día 30


El inicio del fin….


Como me acosté temprano el día anterior me despierto temprano para escuchar en el techo de chapa el agua golpear, abro los ojos y veo a través de las ventanas la lluvia, sigo durmiendo y cada vez que abría los ojos seguía lloviendo, mientras pensaba que hacer, si seguía lloviendo me quedaría para esperar al día siguiente no quería arriesgarme más con la lluvia pero realmente lo que quería era irme de Chile, volver al hermoso ripio de la ruta 40 que al lado de el pseudo ripio chileno parecía la ruta panamericana de buenos aires.


Cuando me bajo a bañar, saludo a los dueños de casa y les pregunto cómo ven el clima, me dicen que está anunciado lluvia hasta el sábado, o sea, 3 días mas, lo cual me hace tomar la decisión de irme, en un ratito escampa y me da tiempo a armar la moto bien tapando el equipaje con sus respectivas bolsas y salgo con destino Trevelin, donde me estarían esperando Mariela y Ale, de CouchSurfing.


Sigue el camino complicado y de repente una bajada y acá hay algo que me llamo mucho la atención en Chile, al menos camino hacia el norte, siempre los puentes están después de curvas, así que vengo bajando y frenando, veo curva y veo puente, pero en la curva el guarda riel esta vencido y se llega a ver un pequeño precipicio que no tendrá más de 5 metros de altura pero es suficiente para destruir completamente la moto y posiblemente a mi también, así que me asusto, freno de mas con la rueda trasera, la cual vence a la moto y me hace caer nuevamente, con la consiguiente dobladura de todo, una vez mas muy caliente empiezo a la puteadas, logro levantar la moto y continuo con el único deseo de salir YA de Chile.

Cruzo de región y esperaba que al menos mejore la ruta pero igual, o bueno, seamos francos, mejoro pero muy poco, cuando finalmente empalmo la ruta que se dirige a la frontera me sentí más tranquilo, estaba cada vez más cerca de dejar atrás todo el sufrimiento que venía sintiendo, esto ya se había convertido en un martirio más que un goce.


Como la ruta había mejorado levemente y en mi desesperación por llegar rápido a mi querida Argentina subí la velocidad inconscientemente (me refiero a sin querer, no a velocidades extremas) y otra vez, curva curva curva se cierra, piedra piedra y chau, al piso mucho más fuerte que antes, mi pie izquierdo se me va debajo de la moto y logro sacarlo durante la caída pero con el consiguiente dolor, asiento el pie y no siento nada extraño ni roto mas allá del dolor de gran estirón que pegó, me saco el casco ya con un humor infernal, casi lo tiro contra unas rocas, puteo libremente a viva voz quedando casi afónico a cada cosa que veo, piedras, arboles, agua, lluvia, país, ciudadanos, tenía unas ganas terribles de destruir cualquier cosa que viera por suerte nada apareció a la mano. Esta vez tengo que sacar el bolso de tanque para poder levantar la moto ya que quedo en un lugar medio complicado, cuando la pongo en pie veo todo doblado el frente, los guiños apuntando para cualquier lado, la óptica igual, el espejo que había roto en la caída anterior y el cual había guardado para intentar arreglar lo perdí, el porta nafta extra que le había hecho estaba destruido, la botella habían volado por ahí, noooo, que calentura que tenia, me tomo un tiempito, respiro me calmo y pienso que estoy muy cerca de la frontera, que Chile no me va a vencer, no es nada personal con el país, pero yo me lo tomaba como que no me quería dejar ir, así que continuo a un ritmo muy bajo pero quería salir, a como dé lugar, así me tomara horas recorrer los pocos 40 o 50 kms que faltaban.
Finalmente la frontera, después de aguantarme la puteada al carabinero que en migraciones de salida me pregunta “como estuvo el viaje?” le digo “una porquería, a ver si aprenden a hacer carreteras” y me voy.
Frontera argentina finalmente me descargo con el gendarme, “maldito Chile, me destruyo la moto y estoy con el pie que no lo puedo apoyar, quiero llegar ya a Trevelin”, para todo esto, el último tramo de Chile esta asfaltado y apenas se cruza la frontera empieza ripio argentino, y yo pensando “Cristinita por qué no has asfaltado esta ruta!!” pero bue, solo me faltaban escasos 30kms hasta Trevelin donde iba a poder descansar tranquilo.
Llegue me comunique con Mariela y fui para su casa, descargue todo, me saque toda la ropa sucia y mojada, me cambie y nos pusimos a conversar, me sentía tan bien, al fin de vuelta, al fin lejos de toda esa mala experiencia que tuve, me saco la bota y veo un pie muy inflamado, me ofrecieron junto a Ale su novio llevarme al hospital para que me revisen, pero decidí esperar, tomarme unos desinflamantes y aplicarle un poco de hielo y esperar al día siguiente a ver si disminuía.
Mientras empezaba a pensar que hacer, con la moto semi doblada, sin 1 espejo, con la luz apuntando a cualquier lado y la cubierta casi lisa no podía continuar 2.000kms que me faltan hasta capital federal, encima mi pie que no puedo casi caminar, los cambios tengo que pasarlos con el talón pero si necesito apoyarme sobre ese lado con el peso de la moto es imposible.
Quiero cancelar el viaje, volverme y dejar lo que falta para un futuro.
Pero bueno, mejor no tomar ninguna decisión todavía, tengo muchas cosas en la cabeza que no me dejan pensar claro y mañana va a ser un nuevo día.

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